El cantante y compositor James Blake es conocido por el lo-fi indie de temas como “Say What You Will”, “Before” y “Godspeed”. Sin embargo hoy, en el estudio de su casa de Los Ángeles, está dando los últimos toques a un proyecto musical que, si sale según lo planeado, podría ser menos reconocible.
“Supuestamente no debería hacerte pensar en mí, ni indicarte que yo he participado en él”, dice Blake.
La pieza “Wind Down” no es un álbum, ni un single, ni un vídeo, sino un paisaje sonoro en eterna evolución de la app de bienestar sonoro Endel: Dormir y relajarse.

“Wind Down” es una combinación de arte y tecnología donde las etéreas voces de Blake, el piano y los sonidos ambientales fluyen por un algoritmo patentado que, con un poco de suerte, te ayudará a dormir tranquilamente. “No se trata de ponerte a escuchar a James Blake, se trata de dormirte mediante un proceso científico”, dice. “Yo solo soy un mero vehículo”.
Los músicos no suelen componer pensando en que sus oyentes se queden dormidos. “Esta disciplina es completamente diferente y te obliga a dejar el ego a un lado”, dice Blake. Pese a ello, el año pasado ha dejado muchos ejemplos de artistas que han colaborado con apps de descanso, meditación y mindfulness fusionando música y tecnología para ayudar a la gente a concentrarse, relajarse, centrarse o echar una cabezada.
La iniciativa se ha extendido hasta involucrar a artistas de géneros muy diferentes. El apartado Música para concentrarse de la app de mindfulness Headspace: Meditación y Sueño ha acumulado un extenso archivo de música original y de playlists elaboradas por artistas como Arcade Fire, St. Vincent, Erykah Badu, Madlib o el compositor de bandas sonoras Hans Zimmer. La serie ha sido en parte diseñada por John Legend, jefe musical de la app desde agosto de 2020.
“Disponemos de un montón de posibilidades aquí mismo, en nuestros teléfonos. Podemos conectar con la gente de tantas formas diferentes…”, dice el propio Legend. “A algunos artistas les da miedo. No es algo a lo que estemos acostumbrados. Pero aprovechar estas posibilidades te ofrece múltiples formas de llegar a la gente”.
Elina Brown, directora de contenidos de Headspace, nos cuenta que buscaban artistas que ofrecieran puntos de vista distintos. “Queríamos contar con personas que se interesaran de verdad por ello, tanto si les parecía un reto chulo como si el entorno en el que se planteaba ya formaba parte de su día a día”, dice.

Aluna, que antes de dedicarse a la música practicó reflexología, meditación y tai chi, encaja a la perfección con ese perfil. Los bloques de sonido de seis minutos elaborados por la cantante y compositora están basados en entornos concretos, como una crepitante hoguera, un bullicioso parque en las últimas horas de la tarde o una cueva con goteras. El enfoque con el que los creó poco tenía que ver con su manera de trabajar habitual.
“Normalmente, escribir una canción pasa por jugar con las palabras y dar con una dinámica”, dice. “Eso es algo completamente diferente a lo que implica una composición de una hora duración que no tiene ni principio ni final”.
Calm: Meditación y Sueño, pionera en la combinación de música y mindfulness, ha presentado en exclusiva los lanzamientos de Diplo, Moby y Nick Murphy. La app añade periódicamente nuevos temas que inducen al sueño y remezclas de, entre otros, Sam Smith, Keith Urban o RZA, que compuso la banda sonora de King of the Sleeping City, una historia para dormir narrada por LeBron James. En 2021, con motivo del Día Mundial del Sueño (festividad crucial en el calendario de la empresa), Calm lanzó una Serie de mezclas para dormir que incluía temas de Ariana Grande, Kacey Musgraves, Post Malone y otros.

Además de asociarse con Blake, Endel ha trabajado con la superestrella del R&B Miguel, la iconoclasta del pop Grimes y el pionero de la electrónica Richie “Plasticman” Hawtin, para que su algoritmo desarrolle paisajes sonoros en vivo a partir de los “tallos” creados por cada artista.
La pieza creada por Miguel se sitúa en el extremo opuesto a la de Blake. “Clarity Trip” está diseñada para acompañar “movimientos conscientes” como montar en bici, hacer yoga o bailar. La pista se acelera o ralentiza en función del ritmo de tus pasos. “Ni siquiera yo sé qué es lo que está oyendo la gente”, dice Miguel. “Las partes de mi personalidad que se perciben ahí solo pueden descubrirse mediante esos algoritmos”.
Paralelamente, el proyecto representa una nueva frontera creativa para los artistas que trabajan en él. “Estás hablando con un músico que ha involucrado la tecnología en toda la música que ha hecho", dice Hawtin. “Me encanta estar en esa frontera creativa. Estoy bastante preparado para este tipo de trabajo”.
“Los algoritmos son, simplemente, un nuevo tipo de herramienta”
Sahar Yousef, profesora de neurociencia cognitiva de la Universidad de California de Berkeley, colaboró con Headspace en la iniciativa Música para concentrarse (encuéntrala en la pestaña Focus/Concentración), y asegura que la relación entre música y mindfulness está claramente definida.
“Sabemos que, cuando usamos música, la gente de los centros de rehabilitación mejora de manera más rápida”, dice. “Y lo mismo ocurre cuando les ponemos música a pacientes que están en fase posoperatoria. Se curan más rápido”.
El proceso, sin embargo, tiene su truco. La música debe utilizarse en su justa medida. “Si inspira una conexión identificativa demasiado intensa, se convierte en una distracción”, explica Legend. “La música instrumental funciona mejor”. La familiaridad es otro de los aspectos que contribuyen a alcanzar el objetivo deseado. El paisaje sonoro de Blake está en Do, el tono que resulta, en sus propias palabras “más tranquilo y familiar a nuestros oídos occidentales”.

La explicación (resumidísima) del proceso que tiene lugar cuando escuchas es la siguiente: tu cerebro establece conexiones a través de redes neuronales que, como destellos de electricidad, constituyen tus pensamientos entre inspiraciones creativas, recuerdos del comedor al que ibas en sexto, letras de los discos publicados en 1992 y, lo que es más importante, múltiples asociaciones establecidas subconscientemente. Por suerte, estas redes pueden manipularse. De hecho, es probable que lo estés haciendo ahora mismo. Nuestros sentidos pueden entrenarse para que el olor a café implique que te toca despertarte, o que si te sientas en la silla de la oficina es hora de trabajar. Del mismo modo, nuestro cerebro puede aprender a reconocer qué música ha sido diseñada para relajarnos.
En otras palabras, estos paisajes sonoros son una suerte de atajos vitales. “Michael Phelps escuchaba a Eminem antes de cada carrera”, dice Yousef. “Esto es lo mismo”.
Según Grimes, el proceso no difiere demasiado de la invocación de emociones a través de los trazos de un pincel o las teclas de un piano. “Los algoritmos son, simplemente, un nuevo tipo de herramienta”, dice.
“Todo es cuestión de ritmo y tempo”
La jefa musical de Calm, Courtney Phillips, y su equipo recurrieron a las célebres Historias para dormir de la app para dar forma a su oferta musical, que incluye a los oníricos islandeses Sigur Rós, al compositor y cantante David Gray y a artistas del sello del capo de la electrónica Deadmau5. “Todo es cuestión de ritmo y tempo”, dice, “de ahí surge la sutil pendiente que te lleva de la concentración a la somnolencia”.
Para crear las remezclas de Calm, la cantante y compositora Priscilla Ahn, una de las primeras vocalistas que aparecen en la app, recurrió a su álbum de nanas La La La. “Esa fue mi primera incursión en la composición de canciones que estimulan el sueño”, dice riendo.
Para aplicar esa intención al público adulto, Ahn adaptó tres de sus canciones convirtiéndolas en versiones que duran, gracias a la magia del looping, alrededor de una hora cada una.
“Esto es algo bastante distinto”
El cofundador y director general de Endel, Oleg Stavitsky, dice que la colaboración con Grimes fue algo más que una genial incursión en otro medio. “Creamos una nueva manera de sentir la música”, dice Stavitsky.
El formato que les permitió lograrlo comenzó a desarrollarse en cuanto se inició la colaboración. Para su canción “AI Lullaby”, Grimes creó diversos “tallos” diseñados para estimular el sueño. Y los oyentes respondieron. En las nueve semanas siguientes a su lanzamiento, Endel registró más de 400.000 instalaciones nuevas, y su comunidad usuaria pasó 200.000 horas dejándose llevar por la creación de Grimes. “Creo que no deberíamos subestimar los algoritmos”, dice. “Está claro que tienen la capacidad de despertar una increíble cantidad de emociones humanas”.
Al igual que Grimes, Richie Hawtin, reconocidísimo pionero del tecno minimalista desde principios de los 90, vio en su paisaje sonoro “Deeper Focus” una oportunidad para cambiar de tercio. “Mi entorno de trabajo habitual es el club”, dice desde su estudio casero, un espacio digno de salir en Matrix repleto de teclados, sintetizadores y luces rojas parpadeantes. “Aquí, soy como una cálida nube sónica que bloquea la vida real y permite el paso a las ideas”.
Miguel también encajaba como un guante en el proyecto, pero reconoce que tuvo que informarse de un par de cosas. “Estoy seguro de que la gente de Endel se hartó de que les preguntara: “Vale, ¿qué necesitáis?”, dice riendo. “Mi música se centra en letra y melodía. Aquí había que eliminar esos elementos y centrarse en sensaciones”.

La colaboración de la app con Miguel se obró entre largas discusiones sobre la influencia que ciertos tonos y frecuencias podían ejercer en el estado mental, qué sonidos obligan a un corredor a acelerar o a reducir la marcha, o cómo crear una pieza que estimule la concentración sin resultar monótona y sin perder el sello del autor.
El proyecto ha resultado muy enriquecedor también para los artistas implicados. “Tengo mis discos, pero esto es una cosa muy distinta”, dice Blake. “La música es un reflejo de la persona que la escucha y de otros aspectos. Pero esto está exclusivamente relacionado con el oyente”.

Hawtin ve este momento como una oportunidad, una encrucijada artística en toda regla. “Hay algo maravilloso en el hecho de que la composición de ciertas sustancias químicas nos convierta en individuos, y en la posibilidad de poder transformarla en algo mágico mediante la tecnología".