hecho de Rápidos y furiosos (Fast & Furious) una de las franquicias cinematográficas de acción más queridas y taquilleras del siglo XXI. La saga narra, en su mayoría, las aventuras de Dominic Toretto (Vin Diesel) y su equipo, o “familia”, que van desde las carreras clandestinas de autos a misiones de espionaje.
En general, las películas se han estrenado en el orden de la narrativa, pero los spin-offs y reapariciones de ciertos personajes pueden volver la historia un poco confusa. Por ello, esta guía tiene el objetivo de mostrarte cuál es el orden cronológico para ver todas las películas de Rápidos y furiosos, tomando en cuenta estos saltos en el tiempo.
Rápido y furioso (2001)
Rápido y furioso es la primera entrega cronológica de la saga Rápidos y furiosos (lo sabemos, lo del plural y singular se puede volver confuso). La franquicia tiene sus inicios en una forma muy distinta a lo que llegó a ser después, pero que introdujo varios de sus elementos fundamentales.
No sin razón, la película ha sido comparada con Punto de quiebra (1991), de Kathryn Bigelow, y si la has visto, notarás las similitudes. La trama sigue a Brian O’Conner (Paul Walker), un oficial de policía de Los Ángeles que se infiltra en el mundo de las carreras clandestinas para investigar una serie de robos, de los que el principal sospechoso es Dominic Toretto (Vin Diesel). Aunque firmemente anclada en las carreras de autos modificados, la primera entrega establece la amistad y rivalidad entre Brian y Toretto, e introduce a otros miembros clave de la familia: Letty Ortiz (Michelle Rodriguez) y Mia Toretto (Jordana Brewster). Debes saber que esta es una película muy diferente a lo que vendría después en la saga, más aterrizada y todavía ajena a las acrobacias alucinantes. Si esto último es lo que esperas, te podrá parecer un tanto básica. Sin embargo, notar la evolución de la franquicia hacia este territorio también puede ser muy entretenido.
+Rápido +Furioso (2003)
La primera secuela no contó con la participación de Vin Diesel, quien optó por protagonizar Las crónicas de Riddick (2004) en vez de regresar a su papel. Por lo tanto, +Rápido +Furioso es la única película de la saga principal que no cuenta con participación alguna de Dominic Toretto en la trama, aunque su presencia aún se siente.
Por ayudar a Toretto, Brian O’Conner ahora vive como prófugo en Miami, viviendo de las carreras clandestinas. Sin embargo, el pasado lo alcanza cuando su antiguo jefe le ofrece borrar sus antecedentes a cambio de su ayuda como encubierto para derribar a un capo de la droga. Esta segunda entrega aún se mueve dentro del mundo del crimen y las carreras, pero introduce a otros miembros permanentes de la familia: Roman Pearce (Tyrese Gibson) y Tej Parker (Ludacris). En cierto modo, es como una buddy comedy con autos, así que la disfrutarás especialmente si te gustan películas de la época como Una pareja explosiva, con algunos elementos en común con Corrupción en Miami.
Rápidos y furiosos (2009)
Aquí comenzamos con los saltos en el tiempo, pues si bien Rápidos y furiosos (en plural) fue la cuarta entrega en ser estrenada, es la tercera en términos cronológicos—la aparición de Sung Kang como Han Lue provocaba una inconsistencia narrativa arreglada de forma retroactiva—.
Esta es la entrega en la que los caminos de Brian y Toretto vuelven a cruzarse, primero como rivales y luego como aliados forzosos al servicio del FBI. Aunque todavía no entramos al terreno de las acrobacias imposibles, las persecuciones alcanzan un nivel de locura muy superior a las películas anteriores. Además, aquí se sientan las bases para los giros narrativos alocados que verás en las siguientes películas, así que te recomendamos ir practicando tu suspensión de la incredulidad. Es la saga en un territorio medio entre la acción criminal aterrizada y las acrobacias alucinantes, por lo que se parece un poco a películas de Michael Bay como Dos policías rebeldes.
Rápidos y furiosos: 5in control (2011)
La quinta entrega es la que marca un antes y un después para la saga. Aunque los autos son un elemento permanente de la fórmula para las secuencias de acción, la historia de Rápidos y furiosos: 5in control deja atrás las carreras callejeras para convertir a los personajes en una especie de antihéroes motorizados en misiones imposibles. Es más parecida, precisamente, a las entregas tardías de Misión: Imposible (de la cuarta en adelante) o a títulos de superhéroes como Capitán América y el Soldado del invierno.
Como fugitivos internacionales, Dom Toretto, Mia y Brian huyen a Brasil, donde se reúnen con Roman y Tej para comprar su libertad por medio de un atraco absurdo a un funcionario corrupto. El clímax de esta película es una secuencia de persecución fantástica que cada nueva película intentaría superar. Además, esta es la introducción del que se convertiría en otra de las grandes estrellas de la franquicia: el agente Luke Hobbs (Dwayne Johnson). Por todos estos elementos, te recomendamos acercarte a esta película como una prueba para todo lo que vendrá después: si te diviertes con ella, las siguientes películas serán un deleite para ti. Si, por el contrario, la encuentras exagerada y que pierde el piso, las secuelas difícilmente serán para ti.
Rápidos y furiosos 6 (2013)
En Rápidos y furiosos 6, Toretto es llamado de nuevo a la acción por Hobbs para ayudar a detener a un peligroso mercenario, Owen Shaw (Luke Evans). ¿La razón? Letty Ortiz, el gran amor de Toretto que creía perdido, parece haber vuelto de la muerte para trabajar con Shaw.
Es en el sexto capítulo de la saga donde la continuidad retroactiva comienza a hacer de las suyas con más libertad que nunca, trayendo de vuelta a personajes que, en teoría, no tendrían cómo regresar, así que te recomendamos seguir este orden cronológico para que no se te vuelva confuso. Sin embargo, también marca la transición definitiva de la familia, de ser perpetuos prófugos de alto perfil a una fuerza de mercenarios al estilo de Los indestructibles, pero en muscle cars.
Rápido y furioso: Reto Tokio (2006)
Es por esta película que la cronología de Rápidos y furiosos puede ser un poco confusa. Fue la tercera en ser estrenada, en realidad, pero dentro de la narrativa sucede entre el sexto y el séptimo episodio de la saga.
Sin embargo, Rápido y furioso: Reto Tokio bien podría existir como un spin-off con pocos vínculos a la narrativa principal. Su protagonista es Sean Boswell (Lucas Black), un problemático chico estadounidense que se muda con su padre, un militar estacionado en Tokio, y cuyo único interés yace en las carreras clandestinas. El gran enlace entre esta película y el resto es la presencia de Han Lue y un pequeño cameo de Vin Diesel al final. Por lo tanto, aquí encontrarás una película que todavía mantiene un poco el espíritu de las primeras, con apuestas todavía más modestas, con la singular diferencia del mayor enfoque en el drifting y en el mundo clandestino, similar a la película de Need for Speed o al anime Initial D. Esto la hace única en la saga de Rápidos y furiosos.
Rápidos y furiosos 7 (2015)
Para muchos fans, el séptimo capítulo de la saga es considerado su pináculo—y concuerdo—. Los motivos son varios, comenzando con el calibre de las escenas de acción, cada una más emocionante y ridículamente imposible que la anterior. Aquí también conocemos a otro personaje que se convertiría en uno de los preferidos del público: Deckard Shaw (Jason Statham), el vengativo hermano de Owen.
Sin embargo, Rápidos y furiosos 7 es la entrega que cierra el círculo al regresar a los personajes a Los Ángeles, y presenta a la familia completa por única y última ocasión. Paul Walker falleció en un trágico accidente antes de completar el rodaje, por lo que esta película marca la emotiva despedida de su personaje, lo que cambiaría la dinámica de la franquicia para siempre (esto a pesar de que, en la continuidad de la narrativa, Brian aún está vivo). Si estás consciente de estos detalles detrás de cámaras, sin duda te parecerá, por mucho, la entrega más emotiva de toda la franquicia, su equivalente a Avengers: Endgame o a Misión: Imposible - Sentencia final.
Rápidos y furiosos 8 (2017)
Si la quinta entrega fue donde la “familia” se convirtió en un equipo de mercenarios, Rápidos y furiosos 8 es donde la franquicia da un giro completo hacia los terrenos del espionaje, al grado de que sólo faltaría tener en ellas a James Bond. En efecto, su escena climática tiene algunas cosas en común con las más infames de la saga del espía, como aquella inolvidable de Pierce Brosnan en la nieve en 007: Otro día para morir, o incluso Mad Max: Furia en el camino—con la cual comparte una integrante del elenco—.
Sin Paul Walker para compartir la carga emotiva de la película, el guión se lanza de cabeza a desafiar la noción de familia establecida hasta ahora en la saga. Toretto es manipulado por la villana Cipher (Charlize Theron) para traicionar a los suyos y cometer crímenes en su nombre, o sufrir graves consecuencias personales. En su lugar, vemos a Hobbs tomar el liderazgo del equipo para detenerlo y descubrir la verdad. Para este punto, las secuencias de acción ya están en los calibres de acción propios de los superhéroes o los superespías, así que en este punto te recomendamos asumir la exageración como la norma. Si puedes vivir con eso, te divertirás muchísimo.
Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw (2019)
Y aquí tenemos un paréntesis en la narrativa de la franquicia. El spin-off Hobbs & Shaw lleva la saga a un terreno muy distinto, más similar al del cine de superhéroes, en una historia centrada en la rivalidad entre Luke Hobbs y su némesis, Deckard Shaw.
Agente y mercenario, que son como agua y aceite, se ven obligados a trabajar juntos para detener a un terrorista dotado de literales superpoderes, Brixton (Idris Elba), quien planea liberar un virus por el mundo. Aunque hay autos, por supuesto, esta es la entrega de Rápidos y furiosos más distinta a todas, a medio camino entre una buddy comedy y una película de superhéroes—con todo y supersoldados al estilo de las películas del Capitán América—,que obvia por completo la presencia de Dom Toretto. La presencia de Hobbs y Shaw la une al resto de la saga, pero sí que es una película muy distinta. La ventaja es que puedes disfrutarla por sí sola, sin preocuparte por el resto de la continuidad—y puede que esto sea mejor, dado lo mucho que se adentra en las aguas de la ciencia ficción—.
Rápidos y furiosos 9 (2021)
De vuelta a la cronología principal, Rápidos y furiosos 9 es donde la saga abraza por completo sus facetas más absurdas, tanto en los giros dramáticos propios de una telenovela, como en lo alocado de sus acrobacias con automóviles. Para no dar demasiados detalles, esta es la película “donde van al espacio”, así que tu suspensión de la incredulidad ya tiene que estar en niveles de Meteoro: la película (Speed Racer) para disfrutarla.
La novena entrega introduce a un hermano perdido de Tom, Jakob Toretto (John Cena), en lo que parecería una excusa para inyectar más famosos musculosos a la franquicia. Aquí también son reintroducidos personajes de Reto Tokio, y aunque no es esencial que la hayas visto para entender lo que sucede en esta historia, si es un guiño divertido que finalmente conecta todos los capítulos de la saga.
Rápidos y furiosos X (2023)
En un modo muy limitado, Rápidos y furiosos X es un regreso a las raíces de las primeras películas de la saga, dando un mayor énfasis a las carreras clandestinas una vez más, e incluso continuando con las repercusiones de la quinta entrega por medio de su villano, Dante Reyes (Jason Momoa). Si te sientes nostálgico por los viejos buenos tiempos de la franquicia, esto podría merecerle algunos puntos para ti.
Sin embargo, esto es sólo temporal, pues el objetivo de esta historia es sentar las bases para la épica conclusión de la saga, llevando a Toretto a límites insólitos para proteger a su familia de las consecuencias de sus actos. Esto es Rápidos y furiosos en su faceta más absurda y alocada—imagina la versión más descabellada de Rambo en una película de Hot Wheels—, abrazando todas las versiones de su esencia previo al gran final.
hecho de Rápidos y furiosos (Fast & Furious) una de las franquicias cinematográficas de acción más queridas y taquilleras del siglo XXI. La saga narra, en su mayoría, las aventuras de Dominic Toretto (Vin Diesel) y su equipo, o “familia”, que van desde las carreras clandestinas de autos a misiones de espionaje.
En general, las películas se han estrenado en el orden de la narrativa, pero los spin-offs y reapariciones de ciertos personajes pueden volver la historia un poco confusa. Por ello, esta guía tiene el objetivo de mostrarte cuál es el orden cronológico para ver todas las películas de Rápidos y furiosos, tomando en cuenta estos saltos en el tiempo.
Rápido y furioso (2001)
Rápido y furioso es la primera entrega cronológica de la saga Rápidos y furiosos (lo sabemos, lo del plural y singular se puede volver confuso). La franquicia tiene sus inicios en una forma muy distinta a lo que llegó a ser después, pero que introdujo varios de sus elementos fundamentales.
No sin razón, la película ha sido comparada con Punto de quiebra (1991), de Kathryn Bigelow, y si la has visto, notarás las similitudes. La trama sigue a Brian O’Conner (Paul Walker), un oficial de policía de Los Ángeles que se infiltra en el mundo de las carreras clandestinas para investigar una serie de robos, de los que el principal sospechoso es Dominic Toretto (Vin Diesel). Aunque firmemente anclada en las carreras de autos modificados, la primera entrega establece la amistad y rivalidad entre Brian y Toretto, e introduce a otros miembros clave de la familia: Letty Ortiz (Michelle Rodriguez) y Mia Toretto (Jordana Brewster). Debes saber que esta es una película muy diferente a lo que vendría después en la saga, más aterrizada y todavía ajena a las acrobacias alucinantes. Si esto último es lo que esperas, te podrá parecer un tanto básica. Sin embargo, notar la evolución de la franquicia hacia este territorio también puede ser muy entretenido.
+Rápido +Furioso (2003)
La primera secuela no contó con la participación de Vin Diesel, quien optó por protagonizar Las crónicas de Riddick (2004) en vez de regresar a su papel. Por lo tanto, +Rápido +Furioso es la única película de la saga principal que no cuenta con participación alguna de Dominic Toretto en la trama, aunque su presencia aún se siente.
Por ayudar a Toretto, Brian O’Conner ahora vive como prófugo en Miami, viviendo de las carreras clandestinas. Sin embargo, el pasado lo alcanza cuando su antiguo jefe le ofrece borrar sus antecedentes a cambio de su ayuda como encubierto para derribar a un capo de la droga. Esta segunda entrega aún se mueve dentro del mundo del crimen y las carreras, pero introduce a otros miembros permanentes de la familia: Roman Pearce (Tyrese Gibson) y Tej Parker (Ludacris). En cierto modo, es como una buddy comedy con autos, así que la disfrutarás especialmente si te gustan películas de la época como Una pareja explosiva, con algunos elementos en común con Corrupción en Miami.
Rápidos y furiosos (2009)
Aquí comenzamos con los saltos en el tiempo, pues si bien Rápidos y furiosos (en plural) fue la cuarta entrega en ser estrenada, es la tercera en términos cronológicos—la aparición de Sung Kang como Han Lue provocaba una inconsistencia narrativa arreglada de forma retroactiva—.
Esta es la entrega en la que los caminos de Brian y Toretto vuelven a cruzarse, primero como rivales y luego como aliados forzosos al servicio del FBI. Aunque todavía no entramos al terreno de las acrobacias imposibles, las persecuciones alcanzan un nivel de locura muy superior a las películas anteriores. Además, aquí se sientan las bases para los giros narrativos alocados que verás en las siguientes películas, así que te recomendamos ir practicando tu suspensión de la incredulidad. Es la saga en un territorio medio entre la acción criminal aterrizada y las acrobacias alucinantes, por lo que se parece un poco a películas de Michael Bay como Dos policías rebeldes.
Rápidos y furiosos: 5in control (2011)
La quinta entrega es la que marca un antes y un después para la saga. Aunque los autos son un elemento permanente de la fórmula para las secuencias de acción, la historia de Rápidos y furiosos: 5in control deja atrás las carreras callejeras para convertir a los personajes en una especie de antihéroes motorizados en misiones imposibles. Es más parecida, precisamente, a las entregas tardías de Misión: Imposible (de la cuarta en adelante) o a títulos de superhéroes como Capitán América y el Soldado del invierno.
Como fugitivos internacionales, Dom Toretto, Mia y Brian huyen a Brasil, donde se reúnen con Roman y Tej para comprar su libertad por medio de un atraco absurdo a un funcionario corrupto. El clímax de esta película es una secuencia de persecución fantástica que cada nueva película intentaría superar. Además, esta es la introducción del que se convertiría en otra de las grandes estrellas de la franquicia: el agente Luke Hobbs (Dwayne Johnson). Por todos estos elementos, te recomendamos acercarte a esta película como una prueba para todo lo que vendrá después: si te diviertes con ella, las siguientes películas serán un deleite para ti. Si, por el contrario, la encuentras exagerada y que pierde el piso, las secuelas difícilmente serán para ti.
Rápidos y furiosos 6 (2013)
En Rápidos y furiosos 6, Toretto es llamado de nuevo a la acción por Hobbs para ayudar a detener a un peligroso mercenario, Owen Shaw (Luke Evans). ¿La razón? Letty Ortiz, el gran amor de Toretto que creía perdido, parece haber vuelto de la muerte para trabajar con Shaw.
Es en el sexto capítulo de la saga donde la continuidad retroactiva comienza a hacer de las suyas con más libertad que nunca, trayendo de vuelta a personajes que, en teoría, no tendrían cómo regresar, así que te recomendamos seguir este orden cronológico para que no se te vuelva confuso. Sin embargo, también marca la transición definitiva de la familia, de ser perpetuos prófugos de alto perfil a una fuerza de mercenarios al estilo de Los indestructibles, pero en muscle cars.
Rápido y furioso: Reto Tokio (2006)
Es por esta película que la cronología de Rápidos y furiosos puede ser un poco confusa. Fue la tercera en ser estrenada, en realidad, pero dentro de la narrativa sucede entre el sexto y el séptimo episodio de la saga.
Sin embargo, Rápido y furioso: Reto Tokio bien podría existir como un spin-off con pocos vínculos a la narrativa principal. Su protagonista es Sean Boswell (Lucas Black), un problemático chico estadounidense que se muda con su padre, un militar estacionado en Tokio, y cuyo único interés yace en las carreras clandestinas. El gran enlace entre esta película y el resto es la presencia de Han Lue y un pequeño cameo de Vin Diesel al final. Por lo tanto, aquí encontrarás una película que todavía mantiene un poco el espíritu de las primeras, con apuestas todavía más modestas, con la singular diferencia del mayor enfoque en el drifting y en el mundo clandestino, similar a la película de Need for Speed o al anime Initial D. Esto la hace única en la saga de Rápidos y furiosos.
Rápidos y furiosos 7 (2015)
Para muchos fans, el séptimo capítulo de la saga es considerado su pináculo—y concuerdo—. Los motivos son varios, comenzando con el calibre de las escenas de acción, cada una más emocionante y ridículamente imposible que la anterior. Aquí también conocemos a otro personaje que se convertiría en uno de los preferidos del público: Deckard Shaw (Jason Statham), el vengativo hermano de Owen.
Sin embargo, Rápidos y furiosos 7 es la entrega que cierra el círculo al regresar a los personajes a Los Ángeles, y presenta a la familia completa por única y última ocasión. Paul Walker falleció en un trágico accidente antes de completar el rodaje, por lo que esta película marca la emotiva despedida de su personaje, lo que cambiaría la dinámica de la franquicia para siempre (esto a pesar de que, en la continuidad de la narrativa, Brian aún está vivo). Si estás consciente de estos detalles detrás de cámaras, sin duda te parecerá, por mucho, la entrega más emotiva de toda la franquicia, su equivalente a Avengers: Endgame o a Misión: Imposible - Sentencia final.
Rápidos y furiosos 8 (2017)
Si la quinta entrega fue donde la “familia” se convirtió en un equipo de mercenarios, Rápidos y furiosos 8 es donde la franquicia da un giro completo hacia los terrenos del espionaje, al grado de que sólo faltaría tener en ellas a James Bond. En efecto, su escena climática tiene algunas cosas en común con las más infames de la saga del espía, como aquella inolvidable de Pierce Brosnan en la nieve en 007: Otro día para morir, o incluso Mad Max: Furia en el camino—con la cual comparte una integrante del elenco—.
Sin Paul Walker para compartir la carga emotiva de la película, el guión se lanza de cabeza a desafiar la noción de familia establecida hasta ahora en la saga. Toretto es manipulado por la villana Cipher (Charlize Theron) para traicionar a los suyos y cometer crímenes en su nombre, o sufrir graves consecuencias personales. En su lugar, vemos a Hobbs tomar el liderazgo del equipo para detenerlo y descubrir la verdad. Para este punto, las secuencias de acción ya están en los calibres de acción propios de los superhéroes o los superespías, así que en este punto te recomendamos asumir la exageración como la norma. Si puedes vivir con eso, te divertirás muchísimo.
Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw (2019)
Y aquí tenemos un paréntesis en la narrativa de la franquicia. El spin-off Hobbs & Shaw lleva la saga a un terreno muy distinto, más similar al del cine de superhéroes, en una historia centrada en la rivalidad entre Luke Hobbs y su némesis, Deckard Shaw.
Agente y mercenario, que son como agua y aceite, se ven obligados a trabajar juntos para detener a un terrorista dotado de literales superpoderes, Brixton (Idris Elba), quien planea liberar un virus por el mundo. Aunque hay autos, por supuesto, esta es la entrega de Rápidos y furiosos más distinta a todas, a medio camino entre una buddy comedy y una película de superhéroes—con todo y supersoldados al estilo de las películas del Capitán América—,que obvia por completo la presencia de Dom Toretto. La presencia de Hobbs y Shaw la une al resto de la saga, pero sí que es una película muy distinta. La ventaja es que puedes disfrutarla por sí sola, sin preocuparte por el resto de la continuidad—y puede que esto sea mejor, dado lo mucho que se adentra en las aguas de la ciencia ficción—.
Rápidos y furiosos 9 (2021)
De vuelta a la cronología principal, Rápidos y furiosos 9 es donde la saga abraza por completo sus facetas más absurdas, tanto en los giros dramáticos propios de una telenovela, como en lo alocado de sus acrobacias con automóviles. Para no dar demasiados detalles, esta es la película “donde van al espacio”, así que tu suspensión de la incredulidad ya tiene que estar en niveles de Meteoro: la película (Speed Racer) para disfrutarla.
La novena entrega introduce a un hermano perdido de Tom, Jakob Toretto (John Cena), en lo que parecería una excusa para inyectar más famosos musculosos a la franquicia. Aquí también son reintroducidos personajes de Reto Tokio, y aunque no es esencial que la hayas visto para entender lo que sucede en esta historia, si es un guiño divertido que finalmente conecta todos los capítulos de la saga.
Rápidos y furiosos X (2023)
En un modo muy limitado, Rápidos y furiosos X es un regreso a las raíces de las primeras películas de la saga, dando un mayor énfasis a las carreras clandestinas una vez más, e incluso continuando con las repercusiones de la quinta entrega por medio de su villano, Dante Reyes (Jason Momoa). Si te sientes nostálgico por los viejos buenos tiempos de la franquicia, esto podría merecerle algunos puntos para ti.
Sin embargo, esto es sólo temporal, pues el objetivo de esta historia es sentar las bases para la épica conclusión de la saga, llevando a Toretto a límites insólitos para proteger a su familia de las consecuencias de sus actos. Esto es Rápidos y furiosos en su faceta más absurda y alocada—imagina la versión más descabellada de Rambo en una película de Hot Wheels—, abrazando todas las versiones de su esencia previo al gran final.